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07 Dic Emisiones y calentamiento global.
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- RESUMEN
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- INTRODUCCIÓN
- CALENTAMIENTO GLOBAL
- EL PALO DE HOCKEY.
- EFECTO INVERNADERO Y EMISIONES.
- MEDIDAS DE REDUCCIÓN ESTUDIADAS POR EL PROGRAMA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL MEDIOAMBIENTE (PNUMA) PARA CERRAR LA BRECHA DE EMISIONES PARA 2030.
- CAMBIO CLIMÁTICO.
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- CONCLUSIÓN.
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RESUMEN
El calentamiento global, causado principalmente por la actividad humana desde mediados del siglo XX, ha provocado un aumento de la temperatura media global de aproximadamente 1,07 °C entre 1850 y 2019. Este aumento se debe a las emisiones de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono y el metano, generados por la industria y el transporte. Estos gases intensifican el efecto invernadero natural, atrapando más calor en la atmósfera y alterando los patrones de precipitación.
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- Las consecuencias del cambio climático ya son evidentes, incluyendo:
- Aumento del nivel del mar: el nivel del mar ha aumentado unos 20 cm desde 1901, con una aceleración en la segunda mitad del siglo XX debido al derretimiento de los hielos.
- Acidificación del océano: El océano absorbe alrededor del 25% de las emisiones anuales de CO2, lo que aumenta su acidez y afecta a la vida marina.
- Disminución del hielo: La extensión del hielo marino ártico ha disminuido un 12% por década entre 1979 y 2018, mientras que la pérdida de hielo en la Antártida se ha multiplicado por seis entre 1979 y 2017.
- Eventos climáticos extremos: Olas de calor, sequías, inundaciones, ciclones tropicales e incendios forestales más intensos y frecuentes.
- Impactos en la seguridad alimentaria y la salud: Aumento del hambre en el mundo debido a eventos climáticos extremos y mayor exposición a olas de calor, lo que provoca un incremento de enfermedades y muertes relacionadas con el clima.
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Para mitigar el cambio climático, es crucial reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a través de la transición a energías renovables, la mejora de la eficiencia energética, la reforestación y la protección de los sumideros de carbono naturales. La cooperación internacional y la financiación son esenciales para abordar este desafío global. El IPCC advierte que la ventana de oportunidad para actuar se está cerrando rápidamente y que cada fracción de grado de calentamiento evitado marca una diferencia significativa.
1 – INTRODUCCIÓN
La última glaciación que se conoce es la de Würm que empezó hace 110.000 años y terminó por los años 10.000 a.C.
Actualmente nos encontramos en un período interglaciar conocido como HOLOCENO. La mayoría de estos cambios climáticos se atribuyen a variaciones muy pequeñas en la órbita de la Tierra que causan cambios en la cantidad de energía solar que recibe nuestro planeta.
La tendencia actual de calentamiento es de particular importancia porque la mayor parte de ella se debe, en más del 95 % de probabilidad al resultado de la actividad humana, desde mediados del siglo XX. Continuando a un ritmo exponencial durante décadas hasta la actualidad (de acuerdo con el 5º informe del IPCC).
En 1860, el físico John Tyndall reconoció el efecto invernadero natural de la Tierra y sugirió que pequeños cambios en la composición atmosférica podrían provocar variaciones climáticas. Exactamente estaba describiendo la situación climática del planeta un siglo antes de que pudiera ser percibido por los seres humanos.
El término palo de hockey fue acuñado por el climatólogo y director del Laboratorio Geofísico de Dinámica de Fluidos Jerry Mahlman para describir el patrón observado en el gráfico; una fase relativamente plana hasta 1900 seguido por un rápido incremento.
A finales de los años noventa, varios grupos de investigación encontraron evidencias de que el calentamiento actual era excepcional. En 1998 Michael E. Mann, Raymond S. Bradley y Malcolm K. Hughes (MBH) realizaron la primera reconstrucción cuantitativa de la temperatura a nivel de hemisferio a partir del análisis de un conjunto diverso de medidas. Esta reconstrucción se remontaba hasta 1400 y mostraba un rápido aumento de la temperatura, posteriormente, en su artículo de 1999, extendieron este estudio hasta el año 1000.
La gráfica, donde se observaba el incremento de temperatura, fue utilizada durante la reunión del Tercer Informe de Evaluación del IPCC, en 2001, como representativa de la visión general entre los científicos del clima del incremento más o menos pronunciado de la temperatura a partir de la segunda mitad del siglo XX.
A pesar de los métodos estadísticos empleados en aquel primer informe de MBH y la polémica que se generó a raíz de los artículos que ponían en duda las conclusiones obtenidas, han ido pasando los años y con cada estudio que sale, se va reforzando más y más que el palo de hockey es un hecho. Incluso aunque los métodos usados en 1998 pudieran ser mejorables, el tiempo le está dando la razón a Mann y a sus compañeros.
Figura 1: El palo de hockey de 1998 de Michael E. Mann
Los negacionistas del cambio climático afirman que los cambios recientes atribuidos a la actividad humana pueden verse como parte de las variaciones naturales en el clima y en la temperatura de la Tierra, y que es difícil o imposible establecer una conexión directa entre el cambio climático y cualquier evento climático único, como ocurre con los huracanes.
Si bien esto último es generalmente cierto, décadas de datos y análisis respaldan la realidad del cambio climático y la responsabilidad del factor humano en este proceso. En cualquier caso, cabe preguntarse si se debe actuar para reducir las emisiones de combustibles fósiles o lidiar con las consecuencias de no hacerlo. En este sentido, la frecuencia a nivel mundial que encontramos en episodios meteorológicos graves ha aumentado considerablemente en los últimos cincuenta años y los informes del IPCC (Panel intergubernamental de cambio climático – Naciones Unidas) subrayan en cada informe que esta dinámica seguirá incrementándose en el futuro.
2 – CALENTAMIENTO GLOBAL
El calentamiento global es un fenómeno causado por el aumento de la temperatura media del aire en la superficie terrestre durante los últimos dos siglos.
El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) en el Sexto Informe de Evaluación (AR6), publicado en 2021, señaló que la mejor estimación del aumento de la temperatura superficial promedio mundial entre 1850 y 2019 fue de 1,07 °C.
La actividad humana afecta a las temperaturas de la superficie global al cambiar el forzamiento radiativo de la Tierra (el forzamiento radiativo o forzamiento climático es la diferencia entre la insolación absorbida por la Tierra y la energía irradiada de vuelta al espacio). En la figura 2 se puede observar el aumento de los gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono y el metano que absorben la energía térmica emitida por la superficie de la Tierra y la vuelven a irradiar, generados por la industria y el transporte, hacen que la atmósfera retenga más calor, lo que aumenta las temperaturas y altera los patrones de precipitación.
Figura 2: Forzamientos radiativos medios globales desde 1750
Algunas de las principales incertidumbres incluyen el papel preciso de los procesos de retroalimentación y los impactos de los contaminantes industriales conocidos como aerosoles, que pueden compensar parte del calentamiento.
El escenario de emisiones más bajas, que asumía fuertes recortes en las emisiones de gases de efecto invernadero a partir de 2015, predijo que la temperatura superficial media mundial aumentaría entre 1,0 y 1,8 °C para 2100 en relación con el promedio de 1850 – 1900. Este rango contrastaba marcadamente con el escenario de emisiones más altas, que predecía que la temperatura media de la superficie aumentaría entre 3,3 y 5,7 °C para 2100 en el supuesto de que las emisiones de gases de efecto invernadero continuaran aumentando a lo largo del siglo XXI. El escenario de emisiones intermedias, que asumía que las emisiones se estabilizarían para 2050 antes de disminuir gradualmente, proyectó un aumento de entre 2,1 y 3,5 °C para 2100.
El informe AR6 también señaló que el nivel del mar promedio mundial había aumentado unos 20 cm entre 1901 y 2018 y que el nivel del mar aumentó más rápidamente en la segunda mitad del siglo XX.
El calentamiento global moderno es el resultado de un aumento en la magnitud del llamado efecto invernadero, un calentamiento de la superficie terrestre y de la atmósfera inferior causado por la presencia de vapor de agua, dióxido de carbono, metano, óxidos nitrosos y otros gases de efecto invernadero.
Existe un intenso debate sobre el alcance y la gravedad del aumento de las temperaturas en la superficie terrestre, los efectos del calentamiento a lo largo del tiempo en los seres vivos y la necesidad de actuar para reducir el calentamiento futuro y hacer frente a sus consecuencias.
En definitiva, las conclusiones del último informe de evaluación AR6 del IPCC considero que fueron las que a continuación voy a indicar. Este informe se elaborado entre el año 2021 y 20023. Se trata de un exhaustivo informe basado en evidencias científicas recientes y como decía, sus conclusiones más importantes son las siguientes:
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- El cambio climático es inequívocamente causado por la actividad humana.
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- El calentamiento global está directamente relacionado con las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) provenientes de la quema de combustibles fósiles, la deforestación y otras actividades humanas.
- La temperatura global ha aumentado aproximadamente 1,1°C desde la era preindustrial (1850-1900).
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- Los impactos climáticos ya son visibles y están aumentando.
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- Eventos extremos como olas de calor, lluvias intensas, sequías y ciclones se han intensificado debido al cambio climático.
- Las consecuencias incluyen pérdida de biodiversidad, derretimiento acelerado de glaciares y aumento del nivel del mar.
- Estos impactos afectan de manera desproporcionada a las comunidades más vulnerables.
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- Se necesita limitar el calentamiento a 1,5°C para evitar consecuencias catastróficas.
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- Superar este umbral incrementará significativamente los riesgos de eventos climáticos extremos y daños irreversibles para los ecosistemas y la humanidad.
- A un ritmo actual de emisiones, se estima que el límite de 1,5°C podría superarse en las próximas dos décadas.
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- Las soluciones están disponibles, pero deben implementarse rápidamente.
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- Reducir las emisiones globales a la mitad para 2030 y alcanzar cero emisiones netas antes de 2050 es crucial.
- Las tecnologías limpias, la reforestación y el cambio hacia fuentes de energía renovables son herramientas clave.
- Es necesario transformar los sistemas de energía, transporte, agricultura y uso del suelo.
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- La financiación y la cooperación internacional son críticas.
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- Se requiere una inversión masiva para la mitigación y adaptación al cambio climático, especialmente en países en desarrollo.
- La cooperación global es esencial para compartir tecnologías, recursos y estrategias.
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- La adaptación es urgente, pero tiene límites.
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- Si bien las medidas de adaptación pueden reducir los riesgos, muchas comunidades ya están alcanzando los límites de su capacidad adaptativa, especialmente en islas pequeñas y regiones costeras.
- Sin acciones inmediatas, algunas pérdidas serán inevitables, como la desaparición de ciertos ecosistemas.
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- Cada fracción de grado cuenta.
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- Incluso reducciones modestas en las emisiones pueden marcar una gran diferencia en la magnitud de los impactos climáticos futuros.
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El IPCC enfatiza que el tiempo para actuar es ahora, y las acciones colectivas determinarán el nivel de habitabilidad del planeta para las generaciones futuras.
3 – EL PALO DE HOCKEY
El gráfico deL “palo de hockey” se publicó por primera vez en un artículo de 1999 por Michael Mann y sus colegas, que era una extensión de un estudio de 1998 en Nature. El gráfico se destacó en el informe de 2001 del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC).
Figura 3: Cambios de temperatura del hemisferio norte estimados a partir de varios registros indirectos que se muestran en azul (Mann et al. 1999). Datos instrumentales mostrados en rojo. Tenga en cuenta la gran incertidumbre (área gris) a medida que retrocede en el tiempo. Fuente: https://skepticalscience.com/broken-hockey-stick.htm
El informe IPCC afirma que la conclusión básica de Mann (1998, 1999) fue que el calor de finales del siglo XX en el hemisferio norte no tuvo precedentes durante al menos los últimos 1.000 años, conclusión que ha sido respaldada por una serie de pruebas que incluyen reconstrucciones a gran escala de la temperatura de la superficie y cambios pronunciados en una variedad de indicadores indirectos locales, como el derretimiento de los casquetes polares y el retroceso de los glaciares en todo el mundo.
4 – EFECTO INVERNADERO Y EMISIONES
El sol irradia energía solar de la que una pequeña parte se dirige a la Tierra. De esa irradiación que llega a la Tierra, aproximadamente el 45%, rebota y se vuelve a irradiar al espacio. Si la atmósfera se densifica por la formación de gases de efecto invernadero, la energía vuelve a rebotar en la atmósfera y vuelve a la Tierra, lo que provoca un calentamiento generalizado del planeta.
Este fenómeno natural es lo que se denomina efecto invernadero, que está correlacionado con los cambios de temperatura global. Si los gases de efecto invernadero no existieran, la Tierra tendría temperaturas por debajo de los 18 °C bajo cero, no apta para la vida en el planeta.
En la figura 4, se observa los efectos de la radiación solar en la Tierra: De los rayos solares que inciden en la Tierra, aproximadamente el 30% de esa radiación se refleja al exterior de la atmósfera, un 20% lo absorben las nubes y otros componentes atmosféricos y el 50% lo absorbe la superficie terrestre y la calienta.
Figura 4: Efectos de la Radiación Solar en la Tierra. Efecto Invernadero.
La superficie caliente emite radiación infrarroja, en la que parte de esa radiación atraviesa la atmósfera disipándose en el espacio exterior y la radiación restante es absorbida por los gases de efecto invernadero y emitida de nuevo hacia la superficie terrestre.
A continuación, vamos a analizar brevemente diferentes indicadores que nos permiten conocer las consecuencias de este progresivo, aunque no continuo aumento de la temperatura media del planeta.
4.1 – REGISTROS DE TEMPERATURA MÁS ALTAS (MEDIA ANUAL) EN EL PERÍODO 1981-2010.
En el periodo que se muestra en el mapa de la figura 5, los puntos amarillos (los más claros) muestran dónde se rompió un registro de temperatura máxima en una fecha determinada; el color rojizo indica los lugares más calurosos en el mes que se muestra y el rojo oscuro representa el lugar más caluroso desde que comenzaron los registros.
Figura 5: Anomalías de la temperatura promedio de cinco años de 2015-2019 en relación con el promedio de 1981-2010. Fuente: National Aeronautics and Space Administration (NASA)
Si esta tendencia continúa, se estima que la temperatura global podría aumentar entre 3 y 5 °C para el año 2100.
A pesar de las acciones de muchas organizaciones medioambientales, no todos los países aceptan el efecto invernadero como un problema medioambiental global y opinan que la teoría aun siendo correcta en cierto modo, exagera las consecuencias derivadas de este efecto invernadero.
4.2 – ACELERACIÓN EN EL AUMENTO DEL NIVEL DEL MAR
La tasa observada de aumento medio global del nivel del mar pasó de 3,04 milímetros por año (mm/año) durante el período 1997-2006 a, aproximadamente, 4 mm/año durante el período 2007–2016. La tasa acelerada en el aumento del nivel del mar se atribuye al calentamiento que origina el derretimiento del hielo terrestre de Groenlandia y la Antártida Occidental.
4.3 – ACIDIFICACIÓN DEL AGUA DE MAR
En el informe publicado por United in Science, el océano se ve también afectado de tal manera que absorbe casi el 25% de las emisiones anuales de CO2 antropogénico, lo que ayuda a aliviar la concentración de CO2 en la atmósfera y con ello el efecto invernadero. El CO2 absorbido reacciona con el agua de mar provocando cierto grado de acidez que va aumentando paulatinamente. En la figura 6 se muestra la línea serrada negra, que es una función cuadrática que muestra la aceleración media del aumento del nivel del mar.
Figura 6: Series temporales del nivel medio del mar global basado en la altimetría desde enero de 1993 hasta mayo de 2019. Fuente: Iniciativa sobre el cambio climático (CCI) de la Agencia Espacial Europea (ESA) 2015, ampliados por datos del Servicio Marino de Copérnico (CMEMS).
4.4 – DISMINUCIÓN CONTINUA DEL HIELO
La tendencia a largo plazo durante el período 1979-2018 indica que la extensión del hielo marino del verano ártico ha disminuido, aproximadamente, un 12% por década, situándose en los últimos cinco años muy por debajo del promedio existente en el período 1981-2010. La cantidad de hielo perdido anualmente de la capa de hielo antártica aumentó al menos seis veces entre 1979 y 2017.
Figura 7: Series temporales promedio de la tasa de cambio de masa específica anual observada de todos los glaciares de referencia WGMS, incluidos los promedios de cinco años. Fuente: World glacier monitoring service (WGMS).
4.5 – INTENSAS OLAS DE CALOR E INCENDIOS FORESTALES
Las olas de calor fueron el mayor peligro meteorológico en el período 2015-2019, afectando a todos los continentes y estableciendo récords de temperatura.
Figura 8: El poder radiactivo de los incendios en Gigavatios: una medida de la producción de calor de los incendios forestales que se muestra en junio de 2019, en rojo y el promedio de 2003-2018, en gris. Fuente: Servicios de Monitoreo Atmosférico (CAMS) de Copernicus.
4.6 – PÉRDIDAS ECONÓMICAS ASOCIADAS A LOS CICLONES TROPICALES
El año 2018 fue especialmente activo, con un mayor número de ciclones tropicales que los acontecidos en cualquier otro año en el siglo XXI. Todas las cuencas del hemisferio norte experimentaron una actividad superior al promedio y el Pacífico nororiental registró su mayor valor de energía ciclónica acumulada (ECA). Los ciclones tropicales del Océano Índico azotaron Mozambique en marzo y abril de 2019.
4.7 – AUMENTO DE LA INSEGURIDAD ALIMENTICIA
Según el informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), las sequías e inundaciones son un factor negativo relacionado con el hambre en el mundo, sobre todo en cuanto a la seguridad alimenticia y a la nutrición en el mundo (ver figura 9).
Figura 9: Número de personas desnutridas en el mundo, 2015-2018.
Fuente: Food and Agriculture Organization (FAO), International Fund for Agricultural Development (IFAD), United Nations International Children’s Emergency Fund (UNICEF) y Organización Mundial de la Salud (OMS), 2019.
4.8 – INCREMENTO DE ENFERMEDADES Y MUERTES RELACIONADAS CON EL CLIMA
Según datos y análisis de la OMS, entre 2000 y 2016, se estimó un aumento de unos 125 millones de personas más expuestas a olas de calor. Siendo la duración de la exposición promedio por persona de 0,37 días más, en comparación con el período entre 1986 y 2008 (ver figura 10).
Figura 10: Cambio en el número de personas expuestas a las olas de calor en millones por año de 2000 a 2017, en relación con el promedio de 1986-2005. Fuente: Watts et al., 2018. The Lancet Regional Health.
Los hechos descritos están relacionados con las emisiones de CO2 antropogénico proveniente en su mayoría de la quema de combustibles.
Durante 2018 las emisiones de CO2 crecieron, aproximadamente, en un 2%, con 37.000 millones de toneladas de dióxido de carbono, creciendo en la actualidad en más del 1% anual (ver figura 11).
Figura 11: Emisiones mundiales de CO2 de origen fósil en el período 1960-2018. Fuente: Carbon Dioxide Information Analysis Center (CDIAC)/Global Carbon Project (GCP)/British Petroleum (BP)/ United States Geological Survey (USGS).
La eficiencia energética y la producción de energía renovable han ayudado a la disminución de las emisiones per cápita en la mayoría de los países desarrollados.
Figura 12: Emisiones anuales: cuatro principales emisores.
Fuente: Carbon Dioxide Information Analysis Center (CDIAC)/United Nations Framework Convention on Climate Change (UNGCCC)/British Petroleum (BP)/United States Geological Survey (USGS)
Aunque en la actualidad va creciendo el uso de las energías renovables, el sistema energético mundial sigue dominado por las fuentes de combustibles fósiles, siendo el aumento anual en el uso de energía fósil mayor que el aumento en la energía renovable, lo que significa que el uso de combustibles fósiles y las emisiones de CO2 continúan creciendo.
Figura 13: Consumo mundial anual de energía, 2000-2018.
Fuente: British Petroleum (BP).
Para llegar a unas emisiones cero que pudieran estabilizar el clima, se requieren tecnologías de tratamientos de residuos y emisiones de los combustibles fósiles tales como la captura y el almacenamiento de carbono. Por otro lado, el uso de gas natural está creciendo más del 2% por año desde 2013, y, a pesar de ser el más limpio de los combustibles fósiles, sigue siendo un importante contribuyente al crecimiento mundial de las emisiones de CO2 y las fugas contribuyen al crecimiento de las emisiones de metano (CH4).
Los sumideros naturales de CO2, como la vegetación y los océanos, eliminan aproximadamente la mitad de todas las emisiones de las actividades humanas, siendo muy recomendable la reforestación de los bosques y la ampliación de los sumideros naturales de CO2, restaurando los hábitats más favorables.
4.9 – TENDENCIA Y PROYECCIONES DE LA TEMPERATURA MEDIA
Las tendencias observadas (ver Figura 14) debidas a las emisiones globales de dióxido de carbono se relacionan a continuación:
Figura 14: Emisiones globales de CO2.
Fuente: Riahi et al. (2017), Rogelj et al. (2018)
Las concentraciones de CO2 y otros gases de efecto invernadero (GEI) continúan su tendencia al alza: los niveles de dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O) podrían superar 410 partes por millón (ppm) a partir del 2020.
Un análisis global realizado en el año 2017 de los tres GEI principales mostró que las concentraciones atmosféricas promedio son las siguientes:
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- CO2 estuvieron comprendidas entre 405,5 y 405,7 partes por millón (ppm);
- CH4 las concentraciones atmosféricas promedio estuvieron comprendidas entre 1.857,0 y 1.861,0 partes por billón (ppb)
- N2O y las concentraciones atmosféricas promedio de N2O estuvieron comprendidas entre 329,8 y 330,0 ppb,
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Y esas concentraciones en 2017 suponen respecto a los niveles preindustriales, es decir, anteriores a 1850.
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- Un 146% más de CO2,
- Un 257% más de CH4 y
- Un 122% más de N2O
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El CO2 es el gas de efecto invernadero antropogénico más importante en la atmósfera y contribuye alrededor del 66% de la fuerza radiante de los gases de efecto invernadero de larga duración. Esta fuerza radiante se incrementó en un 82% en la última década, especialmente en los últimos cinco años.
Por otro lado, el metano (CH4) contribuye con, aproximadamente, el 17% de la fuerza radiante de los gases de efecto invernadero de larga duración, de donde el 40% del metano es emitido a la atmósfera por fuentes naturales y alrededor del 60% es proveniente de fuentes antropogénicas.
El óxido nitroso N2O contribuye con, aproximadamente, el 6% de la fuerza radiante de los GEI de larga duración, emitiéndose a la atmósfera en un 60% desde fuentes naturales y en un 40% desde fuentes antropogénicas, incluidos los océanos, los suelos, la quema de biomasa, el uso de fertilizantes y diversos procesos industriales, siendo la fracción molar de N2O promediada a nivel mundial en 2017 de 0,9 ppb por encima del año anterior
4.10 – LAS EMISIONES GLOBALES NO MUESTRAN SIGNOS DE PICO
Las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero han crecido a una tasa del 1,6 % anual entre 2008 y 2017, alcanzando un récord de 53,5 Gigatoneladas de CO2 equivalente (GtCOe) en 2017, incluidas las emisiones derivadas del cambio en el uso del suelo.
4.11 – LA BRECHA DE EMISIONES ES MÁS GRANDE QUE NUNCA
La brecha de emisiones para 2030 se prevé estará entre 13 GtCO2e y 15 GtCO2e para un objetivo de disminución de 2 °C, y entre 29 GtCO2e y 32 GtCO2e para un objetivo de disminución de 1,5 °C.
Se estima que las Contribuciones Determinadas a nivel Nacional (NDC) actuales disminuirán las emisiones globales en, aproximadamente, hasta 6 GtCO2e para el 2030 en comparación con la continuación de las políticas actuales. Este nivel debe triplicarse para alinearse con el objetivo de 2°C y quintuplicarse para alinearse con el objetivo de 1,5 °C.
Técnicamente, todavía es posible cerrar la brecha en 2030 para garantizar que el calentamiento global se mantenga por debajo de 2 °C y 1,5 °C. El potencial de reducción de emisiones sectoriales en 2030 se estima entre 30 y 40 GtCO2e (ver figura 15).
Figura 15: Potenciales básicos de reducción de emisiones totales en comparación con el escenario de política actual para 2030.
Fuente: UNEP Emissions Gap Report (2017).
5 – MEDIDAS DE REDUCCIÓN ESTUDIADAS POR EL PROGRAMA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL MEDIOAMBIENTE (PNUMA) PARA CERRAR LA BRECHA DE EMISIONES PARA 2030
Las medidas para reducir la brecha de emisiones de cara al 2030 afectan a los siguientes puntos:
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- a) Energía solar y eólica: Los aspectos principales a considerar serán los siguientes:
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– Tarifas de alimentación.
– Subastas.
– Costes de electricidad competitivos.
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- b) Electrodomésticos y turismos de bajo consumo: Los aspectos principales a considerar serán los que se indican a continuación:
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– Estándares mínimos de rendimiento energético (MEPS).
– Etiquetas.
– Normas de ahorro de combustible.
– Normas de emisiones de CO2.
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- c) Reforestación y reducción de la deforestación: Los aspectos principales a considerar serán:
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– Planificación del uso del suelo.
– Producción sostenible.
– Monitoreo y verificación.
El uso de la fijación de precios del carbono incluido impuestos específicos a la energía, para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, en general no se aplica a un nivel suficiente para facilitar un cambio real hacia sociedades con bajas emisiones de carbono, estimándose que solo el 10 % de las emisiones globales de los combustibles fósiles tienen un precio consistente que limita el calentamiento global a 2 °C (ver figura 16).
Figura 16: Tasas de carbono efectivas sobre el uso de energía en 42 países de la OCDE y del G20 y el rango mínimo de precios de carbono necesario en 2020 para el objetivo de 2 °C.
Si se eliminaran gradualmente todos los subsidios a los combustibles fósiles, se provocaría una reducción de las emisiones globales de carbono de hasta, aproximadamente, un 10 % para 2030.
Lo que es curioso es que las centrales térmicas de generación de energía a partir del carbón, lejos de ir reduciéndose se están incrementando a escala mundial. El stock de centrales eléctricas de carbón sigue creciendo, al igual que las emisiones de carbono.
Las existencias, en combinación con lo que está actualmente planificado y en construcción (ver figura 17), representan una parte significativa del presupuesto de carbono disponible para un objetivo de 2 °C, haciendo inviable un objetivo de 1,5 °C, siendo necesario evitar un mayor bloqueo y facilitar una transición equilibrada del carbón para la producción de energía.
Figura 17: Emisiones comprometidas con la atmósfera de las centrales eléctricas de carbón existentes, en construcción y planificadas, y otros sectores económicos, por región. Fuente: UNEP Emissions Gap Report (2017).
Una buena mayoría de científicos están de acuerdo en que realmente no solo necesitamos mantener el aumento de la temperatura por debajo de los 2 °C, sino por debajo de los 1,5 °C.
Figura 18: Promedio de calentamiento proyectado para el año 2100 (°C).
Fuente: Climate Action Tracker CAT (2018).
A medida que se intensifica el calentamiento global, las ciudades son particularmente vulnerables a los impactos como el estrés por calor y pueden desempeñar un papel clave en la reducción de emisiones a nivel local y global.
Esto es importante porque se espera que cerca del 70 % de la población mundial viva en ciudades para 2050 y se exponga a un calor extremo si no se toman medidas para modificar los entornos urbanos.
Como las ciudades consumen alrededor del 78 % de la energía mundial y producen más del 60 % de todas las emisiones de CO2, sus acciones son fundamentales para minimizar el aumento de la temperatura media global.
La descarbonización profunda implementada con medidas como, la protección y la mejora de los sumideros de carbono y la biodiversidad, así como los esfuerzos para eliminar el CO2 de la atmósfera, permitirían cumplir con el Acuerdo de París.
El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, PNUMA (UNEP, United Nations Environment Programme, en inglés), es un organismo de la Organización de las Naciones Unidas que coordina sus actividades ambientales, ayudando a los países en desarrollar y aplicar políticas y prácticas ecológicamente racionales.
Las posibles soluciones propuestas por la UNEP son las siguientes:
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- Descarbonización profunda: Las vías para limitar el calentamiento global a 1,5 °C requieren reducir a la mitad las emisiones globales cada década a partir de 2020 y respetar un presupuesto global de carbono de alrededor de entre 420 y 570 mil millones de toneladas de CO2 neto total emitido a la atmósfera.
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Tal descarbonización profunda requiere grandes transformaciones en todos los sistemas sociotécnicos de la sociedad, comenzando con los sectores de la energía, del transporte y de los alimentos como primeros adoptadores fundamentales.
Figura 19: Elementos para alcanzar una descarbonización profunda.
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- Medidas políticas: Las medidas políticas más fuertes y diversas para la descarbonización rápida son elementos esenciales de la política climática para lograr el Acuerdo de París:
- Reformas fiscales: Tanto las reformas tributarias como los sistemas de comercio de emisiones (RCDE UE) pueden ser elementos de la transformación necesaria hacia un precio único e intersectorial del carbono, junto con una eliminación gradual de los subsidios a los combustibles fósiles.
- Instrumentos de políticas sectoriales: Las nuevas normas y prácticas, incentivos, moratorias en los sectores del tráfico, la construcción y la energía pueden paliar los fallos de mercado e inclinar el desarrollo hacia una senda sostenible.
- Protección y mejora de los sumideros de carbono y de la biodiversidad: La protección de los sumideros de carbono y la biodiversidad existentes es posible a través de soluciones naturales que promueven la restauración de tierras forestales degradadas a escala mundial y mejores acciones de gestión de la tierra.
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El concepto de sumidero de carbono se ha difundido con el Protocolo de Kioto, creado para reducir la elevada y creciente concentración de CO2 del aire para paliar el calentamiento global.
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- Eliminación de CO2: Para alcanzar el objetivo de 1,5 °C, se deben eliminar del aire aproximadamente de 100 a 1.000 millones de toneladas de CO2 durante este siglo. Se han propuesto una gama de tecnologías con emisiones negativas (NET) que incluye desde la reforestación y la plantación forestal hasta la bioenergía con captura y almacenamiento de carbono (BECCS) o la captura directa de CO2 en el aire.
- Carbono Azul: El carbono azul es el carbono capturado por los ecosistemas oceánicos costeros del mundo, como manglares, marismas, salinas, pantanos, praderas marinas, turberas y macroalgas.
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El «carbono azul» se refiere al carbono que se fija a través de los ecosistemas oceánicos costeros, a diferencia del carbono que se secuestra a través de los ecosistemas tradicionales terrestres, como los bosques. Los manglares, las marismas salinas, los pantanos, las turberas y las praderas marinas conforman la mayoría de los hábitats vegetados del océano.
Una de las principales preocupaciones con el carbono azul es que la tasa de pérdida de estos importantes ecosistemas marinos es mucho mayor que la de cualquier otro ecosistema del planeta.
Las tecnologías de emisiones negativas, (NET, Negative Emissions Technologies, en inglés), son aquellas tecnologías que retiran CO2 de la atmósfera, siendo una de las alternativas con más posibilidades para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París.
La bioenergía con captura y almacenamiento de carbono (BECCS) es el proceso de extraer bioenergía de la biomasa y capturar y almacenar el carbono, eliminándolo de la atmósfera.
6- CAMBIO CLIMÁTICO
El término «cambio climático» fue propuesto por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en 1966 para abarcar todas las formas de variación climática en escalas temporales de más de 10 años, independientemente de la causa que lo originara.
Durante la década de los 70, se centraron en las causas antropogénicas que provocaban el cambio climático, ya que se hizo evidente que las actividades humanas tenían el potencial de alterar drásticamente el clima.
El cambio climático se incorporó en el título del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) y la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Existe un amplio acuerdo dentro de la comunidad científica de que el cambio climático es real.
Se define, pues, cambio climático, también llamado calentamiento global, al aumento de las temperaturas superficiales promedio en la Tierra.
Las actividades relacionadas con la energía (procesado, transformación, y consumo) representan el 80% de las emisiones de CO2 a escala mundial, siendo la gestión energética un elemento clave en el cambio climático.
El sector energético desempeña un papel fundamental en el desarrollo económico. Las medidas en el campo de la energía deben ser compatibles con tres principios fundamentales:
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- Competitividad
- Seguridad de abastecimiento
- Protección medioambiental
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todo ello buscando un crecimiento sostenible.
Mientras que algunas cantidades de estos gases de efecto invernadero son una parte natural y crítica del sistema de control de temperatura de la Tierra, la concentración atmosférica de CO2 no se elevó por encima de 300 partes por millón (ppm) entre el advenimiento de la civilización humana hace aproximadamente 10,000 años y 1900. Hoy es aproximadamente 400 ppm, un nivel no alcanzado en más de 400,000 años.
La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático fue adoptada en Nueva York el 9 de mayo de 1992 y entró en vigor el 21 de marzo de 1994. Permite, entre otras cosas, reforzar la conciencia pública, a escala mundial, de los problemas relacionados con el cambio climático.
El aumento del nivel del mar debido al derretimiento de los casquetes polares, una vez más, causado por el cambio climático, contribuye a un mayor daño de las tormentas; el calentamiento de las temperaturas oceánicas está asociado con tormentas cada vez más fuertes y frecuentes; la lluvia adicional, particularmente durante eventos climáticos severos, provoca inundaciones y otros daños; un aumento en la incidencia y severidad de los incendios forestales amenaza el hábitat, el hogar y la vida; y las olas de calor contribuyen a las muertes humanas y otras consecuencias.
Los GEI actúan como una manta. Cuanto más gruesa sea la manta, más cálido se volverá nuestro planeta. Al mismo tiempo, los océanos de la Tierra también están absorbiendo parte de este dióxido de carbono adicional, haciéndolos más ácidos y menos hospitalarios para la vida marina.
El aumento en la temperatura global está alterando significativamente el clima de nuestro planeta, lo que da como resultado un clima más extremo e impredecible. Como ejemplo se puede decir que las olas de calor son cada vez más frecuentes y muchos lugares están experimentando períodos cortos de sequías seguidas de lluvias intensas debido al calentamiento y evaporación del agua del mar.
Para abordar adecuadamente la crisis climática, se debe reducir urgentemente la contaminación por carbono y prepararse para las consecuencias del calentamiento global que el mundo ya está experimentando.
Las actividades industriales de las que depende nuestra civilización moderna han elevado los niveles atmosféricos de dióxido de carbono de 280 partes por millón a 400 partes por millón en los últimos 150 años.
CONCLUSIÓN
El cambio climático es una realidad innegable causada por la actividad humana, y sus impactos se están intensificando a nivel global. El aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, principalmente por la quema de combustibles fósiles, ha generado un calentamiento global sin precedentes en la historia de la humanidad, con consecuencias devastadoras que ya se están manifestando en forma de eventos climáticos extremos, aumento del nivel del mar, acidificación del océano, pérdida de biodiversidad y impactos en la salud y la seguridad alimentaria.
Si bien la comunidad científica ha alertado sobre la urgencia de tomar medidas para mitigar el cambio climático, la brecha de emisiones para 2030 sigue siendo considerable. Es esencial una transformación profunda en todos los sectores, incluyendo la energía, el transporte, la agricultura y el uso del suelo.
La descarbonización de la economía, a través de la adopción de energías renovables, la mejora de la eficiencia energética y la protección de los sumideros de carbono es fundamental para evitar los peores escenarios del cambio climático. La cooperación internacional, la financiación para la mitigación y adaptación, así como la acción individual son cruciales para asegurar un futuro sostenible para las generaciones venideras.
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Juan Pedro Asencio Valera